jueves, 17 de enero de 2008

El rapto de Ganímedes


Ganímedes era considerado el más bello de los mortales y era el encargado de guardar los rebaños de su padre en las montañas cercanas a Troya. Su belleza llamó la atención de Zeus que no dudó en raptarlo, convirtiéndose en águila.Fue trasladado al Olimpo donde servia de copero, escarceando el néctar en la copa de Zeus, función que correspondía a Hebe, la diosa de la juventud.

Argos e Ío


Hermes recibe el epíteto Argifonte en recuerdo del encargo que recibió de Zeus de matar al gigante de cien ojos Argos.

Hera había estado a punto de sorprender a Zeus con su amante la princesa argiva Ío, lo que éste logró evitar convirtiéndola en una hermosa ternera blanca. Sin embargo Hera sospechó el engaño y pidió a Zeus que le diese la ternera como un regalo. Éste no pudo negarse, y Hera ordenó a Argos que la vigilase.
Hermes, disfrazado de pastor, logró que todos los ojos de Argos cayesen dormidos con historias aburridas, y entonces lo mató cortándole la cabeza, rescatando así a Ío. Pero Hera envió un tábano para que le picase, obligándola a vagar sin rumbo por el mundo con forma de vaca.Finalmente Zeus la transformó de nuevo en humana, y así se convirtió (a través de Epafo, su hijo con Zeus) en antepasado de Heracles

Aracne


En la mitología griega, una joven tan hábil en el arte del tejido que se atrevió a desafiar a la diosa Atenea, patrona de las artes y de los oficios, a una competición. Mientras que Atenea tejía un tapiz que representaba a los dioses y las diosas en todo su esplendor, Aracne tejía uno que ilustraba sus romances. Furiosa por la perfección de la obra de la muchacha, Atenea arrancó sus hilos y Aracne quedó presa en ellos. Sin embargo, por piedad, Atenea Soltó la cuerda y la transformó en telaraña e hizo lo mismo con Aracne, que la convirtió en araña, de ahí el nombre de los Arácnidos y de las arañas.

El Hades y los Castigos

Los griegos creían que cuando una persona moría su alma se dirigía a las profundidades subterráneas, el dominio de la oscuridad donde Hades y Perséfone tenían su reino. En él (llamado también simplemente el Hades en honor al dios) los muertos debían ser juzgados por tres jueces: Radamantis, Minos y Aicos, y en el caso de que hubieran llevado una vida indigna podían ser condenados al castigo eterno. Los primeros griegos situaban el mundo de los infiernos más allá del océano que envolvía al mundo, aunque más tarde se le asignó el espacio que hay bajo la tierra. Era un mundo aparte, con sus propias montañas, cavernas, sus cinco ríos y dos regiones, llamadas Erebo y Tártaro, donde las almas eran castigadas, además de los campos Elíseos, el hogar de las almas sin mácula.

Hécate: La diosa Hécate, adivina y patrona de los magos y las brujas, habitaba en el Hades, donde presidía diversos actos y algunas ceremonias. Solía salir a la superficie acompañada de sus perros y tomaba formas diferentes, como de un lobo, una yegua o una mujer con tres cuerpos y tres cabezas. A menudo presidía los cruces de caminos, donde se levantaban estatuas en su honor.

Caronte: Los muertos debían atravesar los ríos Aqueronte o Estigia para acceder al reino de los infiernos en la barca que conducía Caronte. Éste, un anciano iracundo, exigía de todo aquel que quisiera cruzar el río una moneda, de ahí que los griegos coloquen una en la boca de los recién fallecidos.

Estigia y otros ríos: El mundo de los infiernos contenía cinco ríos. El Aquelonte era un río casi estancado, con márgenes fangosos y cubiertos de cañaverales, mientras que el Piriflegetonte estaba envuelto en llamas. En el Cócito (el río de los lamentos) se quedaban aquellos que no habían sido enterrados, donde permanecerían durante cien años. Estigia, el río más extenso, recorría el Hades nueve veces. Finalmente, el Leto era el río de cuyas aguas bebían los muertos para olvidar el pasado.

Campos Elíseos: Los antiguaos griegos creían que las personas que habían llevado una vida digna iban a parar a los Campos Elíseos tras la muerte. Este lugar se encontraba en uno de los márgenes del océano que rodeaba el mundo y era un lugar muy hermoso donde las almas de los muertos se dedicaban a practicar o a recitar poesía. Se encontraban a cargo del titán Cronos.

Orfeo y Eurídice: Desconsolado por la muerte de su esposa, la ninfa Eurídice, debido a la picadura de una serpiente, Orfeo, el gran músico, decidió descender a los infiernos para ir a buscarla. Tras encantar a Cerbero con la música de su lira, accedió a los reinos de Hades, quien, junto con su esposa Perséfone, consintió que Eurídice regresara a la superficie con la condición de que ella fuese detrás de Orfeo y el no se volviese hacia atrás para verla, pero la tentación fue demasiado fuerte, estando casi a la salida del inframundo Orfeo se volvió, y Eurídice quedó en los infiernos para siempre.


Tántalo: Tántalo, rey de Lidia (en la actualidad Turquía), dudaba del poder de los dioses, así que los invito a un banquete en el que sirvió a su hijo Pélope para ver quién de ellos descubría lo que comían. Los dioses no tardaron mucho en descubrir el engaño y lo condenaron a permanecer para siempre en el Hades rodeado de comida y bebida pero sin poder acceder a ellas.

Prometeo: El titán Prometeo siempre protegió a los hombres, muchas veces a costa de los propios dioses. Así, en una comida engañó a Zeus de modo que éste se quedara con los huesos, mientras que la carne la reservó para los hombres. Además, él fue quien robó a Hefesto el fuego para llevarlo a los hombres y enseñar a estos el arte de la forja. Como castigo, Zeus encadenó a Prometeo en un a roca donde un águila le devora el hígado; éste; al regenerarse sin fin, permitía que el suplicio durase toda la eternidad.

Sísifo: El rey de Corinto, Sísifo, se negaba a tener un funeral. Hades, ofendido, le envió de nuevo a la superficie para que lo enterraran, pero Sísifo aprovecho la ocasión para volver al trono. Al morir, Hades lo condenó a empujar para siempre una enorme roca hasta lo alto de una ladera.

El Rey midas: Midas era rey de Frigia y, según leyendas, hijo de la diosa Cibeles. Protagoniza dos célebres historias en las que demuestra ser una persona de la más irreflexiva. Que habla mucho antes de pensar en las consecuencias de sus palabras.

Las orejas de Asno: Después de que Apolo se impusiese sobre Marsias en un concurso en el que se intentaba dilucidar quién de los dos tocaba mejor la flauta, Midas intervino diciendo que no estaba de acuerdo con el resultado. Apolo, irritado, hizo que le creciesen dos orejas de asno a modo de castigo. Midas tuvo que camuflarlas debajo el cabello, pero el barbero del rey, el único que sabía la verdad, no tardó mucho en dar a conocer tan humillante secreto.

La tortura del oro: Unos campesinos trajeron ante el rey Midas al sátiro Sileno, adormecido bajo los efectos del vino. Tras reconocerlo como uno de los acompañantes de Dioniso, Midas lo dejó libre. Como agradecimiento, el dios le concedió un deseo, y el rey solicitó que todo lo que tocase se transformase en oro. Todo fue bien hasta que tuvo hambre; descubrió para su pesar que incluso los alimentos y el vino se convertían en oro. Apesadumbrado, imploró a Dioniso que pusiera sin a este tormento; éste, compadecido, le ordenó que se lavase en una fuente donde, desde entonces, abundaron las pepitas de oro.

La diosa Cibeles


Despues de mi viaje a Madrid y de haber fotografiado la fuente de la Cibeles, pense que seria una buena idea colocar información sobre esta diosa.


Cibeles, también nombrada :Gea, Gaya, Tellus, Terra mater)

Era la diosa de la Madre Tierra que fue
adorada en Anatolia desde el neolítico. Como la Gea o su equivalente minoica Rea, Cibeles era la personificación de la fértil tierra, una diosa de las cavernas y las montañas, murallas y fortalezas, de la naturaleza y los animales (especialmente leones y abejas). Su equivalente romana era Magna Mater, la Gran Madre. Su título «Señora de los Animales», que también ostentaba la Gran Madre minoica, revela sus arcaicas raíces paleolíticas. Es una deidad de vida, muerte y resurrección. Su consorte, cuyo culto fue introducido más tarde, era su hijo Atis.
Fue esposa del titán Crono y progenitora de los dioses olímpicos. Se la representa con una corona con forma de muralla y siempre acompañada de leones.


Información: Wikipedia


Foto :Ricardo Charco

Atalanta


Cuando una cazadora llamada Atalanta hubiese participado en la cacería del jabalí de Calidón y recibido la piel como trofeo, su padre la reclamó y quiso que se casase. Aunque era una doncella muy hermosa, Atalanta no tenía especial interés en el matrimonio después de que un oráculo predijese que tendría mala suerte si se casaba. Para encontrarle marido, su padre hizo un trato con ella en virtud del cual se casaría con quien pudiese vencerle en una carrera a pie. Atalanta aceptó de buen grado, pues era capaz de correr muy rápidamente.
Derrotó a muchos pretendientes, hasta que uno logró convertirse en su marido gracias a la inteligencia y no a la velocidad. Hipómenes (también llamado Melanión) sabía que no podría vencer en una carrera limpia contra Atalanta, por lo que oró a Afrodita pidiéndole ayuda. La diosa le dio tres manzanas doradas (algunas versiones dicen que fueron membrillos) y le dijo que las dejase caer de una en una para distraer a Atalanta, pues seguro que ésta se detendría para recogerlas. Aunque le costó usar las tres manzanas y recurrir a todas su velocidad, Hipómenes logró la victoria, ganando la carrera y la mano de Atalanta. Desgraciadamente, Hipómenes olvidó agradecérselo a la diosa y ésta los transformó en leones. Más tarde Cibeles, compadecida, los habría uncido a su carro.

Wikipedia

El Juicio de Paris



Zeus organizó un banquete para celebrar las bodas de Peleo y Tetis, pero dejó fuera de la lista de invitados a Eris, la diosa de la discordia, quien tras acudir a pesar de todo dejó caer una manzana dorada con la inscripción καλλίστῃ, ‘para la más bella’. Tres diosas reclamaron la manzana para sí: Hera, Atenea y Afrodita. Zeus decidió que Paris de Troya decidiese quién debía ser la legítima propietaria de la manzana. Cada una de las diosas ofreció a Paris un regalo: Hera le daría poder sobre los hombres, Atenea le otorgaría sabiduría y Afrodita le prometió el amor de la mujer más bella del mundo, Helena. Paris eligió a Afrodita y Helena abandonó a su marido, Menelao, precipitando así la Guerra de Troya