domingo, 8 de junio de 2008

Las cinco edades del hombre

Algunos dicen que la tierra produjo a los hombres espontáneamente, como sus mejores frutos. Era la llamada raza de oro, súbditos de Crono, que vivían sin preocupaciones y sin trabajar, comiendo sólo bellotas, frutos silvestres y miel que goteaba de los árboles y bebiendo leche de oveja y de cabra; no envejecían jamás y siempre estaban bailando y riendo mucho; la muerte, para ellos, no era más terrible que el sueño. Ahora ya han desaparecido todos, pero sus espíritus sobreviven y son los genios de los alegres retiros rústicos, donantes de buena fortuna y defensores de la justicia.

Después vino la raza de plata, comedores de pan, y creados también por acción divina. Los hombres estaban totalmente sometidos a sus madres y no se atrevían a desobedecerlas, aunque éstas vivieran cien años. Eran pendencieros e ignorantes y nunca ofrecían sacrificios a los dioses pero al menos no se declaraban la guerra unos a otros. Zeus los destruyó a todos.

Luego vino la edad de bronce, hombres que cayeron como frutos de los fresnos, y llevaban armas de bronce. Comían carne además de pan y se deleitaban con la guerra, pues eran insolentes y despiadados. La peste se los llevó a todos.

La cuarta raza de hombres también era de bronce, pero más nobles y generosa, pues los habían engendrado los dioses en mujeres mortales. Lecharon gloriosamente en el sitio de tebas, en la expedición de los argonautas y en la guerra de Troya. Se convirtieron en héroes y habitan los Campos Elíseos.

La quinta raza es la raza actual de hierro, descendientes indignos de la cuarta. Son degenerados, crueles, injustos, maliciosos, lujuriosos, malos hijos y traicioneros.

Fuente : Los mitos Griegos ( Robert Graves)